Con el término «gafa premontada» nos referimos a la gafa estándar que se usa para la presbicia o vista cansada y que se puede adquirir en varios comercios (perfumerías, gasolineras, puestos ambulantes, etc.) sin las debidas licencias.
Los usuarios de estas gafas se autogradúan probando unas y otras, y eligen las que les hace los objetos más grandes, lo que provoca una hipercorrección visual muy perjudicial. Dado que tienen la misma graduación para los dos ojos y misma distancia entre pupilas, no se ajustan a las necesidades de cada persona.
Los usuarios de gafas premontadas no alcanzan la misma calidad de visión que los de gafas personalizadas por un especialista.
Este tipo de gafas no son ni parecidas a las adquiridas en una óptica ni en cuanto a la calidad del cristal, ni precisión de graduación, dado que tienen la misma graduación en los dos ojos (no tienen en cuenta la diferencia de un ojo a otro ni la corrección de astigmatismo), ni el ajuste del centro óptico (zona de mayor precisión y alineada a nuestros ojos).
Si le queremos sacar alguna utilidad a estas gafas sería para sacarnos de un apuro por si se nos han perdido las nuestras u olvidado en casa, etc. Pero repetimos que sólo para salir de un apuro y para solucionar este problema temporal, nunca para un uso constante y desde luego comprándolas en una óptica (al menos los cristales serán de calidad).
La asociación Visión y Vida ha lanzado, con el apoyo de ASGECO –la Asociación General de Consumidores-, una campaña en redes sociales, a través de vídeos y folletos informativos descargables para mostrar de manera sencilla y visual al usuario de los riesgos de comprar y utilizar las gafas premontadas sin la supervisión de un especialista.